miércoles, 26 de agosto de 2009


El valor de una portada

No hay duda de que, para coger un libro, te tiene que atraer su portada. Cuando entras en una librería, sabes que no tendrás el tiempo suficiente para revisar cada uno de ellos. Entonces, recorres con tu vista los estantes y eliges los de mayor atractivo visual.
Por ello, letra y foto deben mostrar armonía. No se debe abusar del color.
La limpieza es básica. Ni una mancha que opaque su brillo. Se trata de que el lector agarre el libro y sienta el placer de palpar y que casi lo impulse a olerlo.
Esto no tiene nada de fetichismo. Claro que se puede leer un libro sucio y de aspecto feo, pero nunca será igual a la experiencia de acariciar uno nuevo.
El libro de la foto, de un blanco elegante y una imagen sobria, te tienta a estirar la mano.